miércoles, 27 de abril de 2011

Las 10 trasnacionales "gigantes y secretas" que controlan las materias primas

Antecedentes: Zheng Fengtian, profesor de la Escuela de Economía Agrícola de la Universidad Renmin, de China (Global Times, 13/4/11), fustiga "el monopolio de los granos que ejerce Occidente" y la "manipulación deliberada de los precios por los especuladores internacionales" gracias a la desregulación que gozan en Wall Street y la City, así como en los paraísos fiscales (v.gr Suiza): "no podemos depender sólo de Estados Unidos (EU) para resolver la crisis alimentaria global" ni de las "cuatro (sic) gigantes (sic) trasnacionales"

No especifica cuáles, pero los lectores pueden consultar mis artículos sobre el "cártel anglosajón de la guerra alimentaria" (ver Bajo la Lupa; 4, 16, 23 y 27/4/08; 4/4/10, 4/8/10, 8/10/10; 16 y 19/1/11) y su "meganegocio" (Radar Geopolítico; Contralínea, 30/1/11). Fengtian adopta la añeja tesis de Bajo la Lupa sobre la "guerra alimentaria" que libra Washington para someter al mundo: "en el pasado (sic), EU tomó ventaja de su papel dominante en el mercado global de alimentos para adoptarlos como arma (¡supersic!) política".

Hechos:

El mundo anglosajón cacarea huecamente la transparencia y la rendición de cuentas, mientras oculta simultáneamente sus "10 gigantes (sic) trasnacionales secretas (¡supersic!)", que "controlan la comercialización de los hidrocarburos y las materias primas", según The Daily Telegraph (15/4/11). ¡Cómo si no nos bastasen las depredadoras trasnacionales (BP, Tepco, Schlumberger/Transocean, etcétera) que cotizan despiadadamente en la bolsa!

Más allá de los tenebrosos grupos de la plutocracia (private equity) –como el grupo texano Carlyle (vinculado al nepotismo de los Bush) y el inimputable Blackstone Group (controlado por Peter G. Petersen y Stephen A. Schwarzman, cuyas hazañas se remontan al macabro cobro de los seguros de las Torres Gemelas del 11/9; ver Bajo la Lupa, 26/9/04 y 3/10/04)–, The Daily Telegraph devela la identidad oculta de "las principales 10 comercializadoras globales de petróleo y materias primas":

1. Vitol Group: sede en Ginebra y Rotterdam, con ingresos por 195 mil millones de dólares en la comercialización de hidrocarburos; la primera petrolera en exportar con puntualidad desde la región controlada por los rebeldes en Libia.

2. Glencore Intl.: sede en Baar (Suiza), con ingresos por 145 mil millones de dólares en metales, minerales, productos agrícolas y de energía; fundada por el israelí-belga-español Marc Rich; acusada por la CIA (¡supersic!) de sobornar a gobernantes; controla 34 por ciento de la minera global suizo-británica Xstrata; apostó al alza del trigo durante la sequía rusa (The Financial Times, 24/4/11); el banquero Nat Rothschild "recomendó" a su polémico nuevo director Simon Murray (The Daily Telegraph, 23/4/11); destaca la circularidad financiera del binomio Rotshchild-Rich.

3. Cargill: sede en Minneapolis, Minnesota, con ingresos por 108 mil millones de dólares en agronegocios, carnes, biocombustibles, acero y sal; severamente criticada por deforestación, contaminación de todo género (incluida la alimentaria) y abusos contra los derechos humanos.

4. Koch Industries: sede en Wichita, Kansas, con ingresos por 100 mil millones de dólares en refinación y transporte de petróleo, petroquímicos, papel, etcétera; empresa familiar (la segunda más importante en EU detrás de Cargill) manejada por los hermanos ultraconservadores David y Charles Koch, quienes financian al Partido del Té.

5. Trafigura: sede en Ginebra, con ingresos por 79,200 millones de dólares en petróleo crudo, comercialización de metales; depredadora tóxica en África; proviene de la separación de varias empresas del israelí-belga-español Marc Rich.

6. Gunvor Intl.: sede en Amsterdam y Ginebra, con ingresos por 65 mil millones de dólares en petróleo, electricidad y carbón.

7. Archer Daniels Midland Co.: sede en Decatur, Illinois, con ingresos por 62 mil millones de dólares en maíz, trigo, cacao; listada en la Bolsa de Nueva York; actuación escandalosa y enjuiciada por contaminación reiterativa; se ha beneficiado de los subsidios agrícolas del gobierno de EU.

8. Noble Group: sede en Hong Kong, con ingresos por 56,700 millones de dólares en azúcar brasileño y carbón australiano; sólidos vínculos con HSBC y la polémica empresa contable Pricewaterhouse Coopers; cotiza en el Índice Strait Times (Singapur).

9. Mercuria Energy Group: sede en Ginebra, con ingresos por 46 mil millones de dólares en petróleo y gas.

10. Bunge: sede en White Plains, Nueva York, con ingresos por 45,700 millones de dólares en granos, soya, azúcar, etanol y fertilizantes; multada en EU por emisiones contaminantes.

The Daily Telegraph agrega sorprendentemente como "mención especial" a Phibro, hoy subsidiaria de Occidental Petroleum Corporation (Oxy): sede en Westport (Connecticut), con 10 por ciento de los ingresos del banco Citigroup en 2007 en petróleo, gas, metales y granos, donde inició su "aprendizaje" el israelí-belga-español Marc Rich.

De las 11 trasnacionales piratas, cinco pertenecen a EU, tres a Suiza (notable paraíso fiscal bancario), dos son suizo-holandesas y una es de Hong Kong (vinculada a Gran Bretaña). Si cotizaran en la bolsa las 11 se colocarían desde el ranking siete hasta el 156 en la clasificación de Fortune Global 500. Sin penetrar en la genealogía de sus prestanombres y verdaderos dueños, destaca la ominosa sombra del israelí-belga-español Marc Rich en tres empresas piratas: Glencore Intl., Trafigura y Phibro.

El israelí-belga-español Marc Rich merece una mención honorífica y cuya biografía mafiosa revela quizá una de las razones del hermetismo de las "gigantes" trasnacionales que no cotizan en las bolsas y que mueven nocivamente verdaderas fortunas sin el menor escrutinio gubernamental ni ciudadano. ¿Será mera casualidad o causalidad que Rich aparezca en tres de las "secretas" 11 empresas "gigantes" que especulan desde las penumbras con los precios de los alimentos, hidrocarburos y metales?

Marc Rich, perseguido por evasor fiscal en EU (luego perdonado controvertidamente por Clinton), ha sido expuesto como "espía del Mossad israelí" (Niles Latham, New York Post, 5/2/01) y "lavador de dinero" de las mafias (The Washington Times, 21/6/02).

El investigador William Engdahl desde hace 15 años expuso "la red financiera secreta (¡supersic!)" detrás de los banqueros esclavistas Rothschild, el megaespeculador "filántropo" George Soros y el mafioso Marc Rich. Cada vez se asienta más el papel determinante de Israel en el lavado de dinero global (ver Bajo la Lupa, 20/4/11).

Conclusión:

¿Cómo puede pasar sin ser detectada una trasnacional "gigante" en la época de la antiterrorista "seguridad del hogar"? ¿Es posible que en el siglo XXI todavía existan empresas "secretas" y/o piratas, que entendemos significa que se den el lujo de no cotizar en las bolsas, pero que gozan de todas las canonjías del "libre mercado" desde su comercialización pasando por su bursatilización hasta su blanqueo criminal?

¿Son "gigantes secretos" y/o "clandestinos" tolerados por el sistema anglosajón y sus mafiosos paraísos fiscales? ¿Se puede mantener "secreta" la actividad pirata y criminalmente blanqueadora de las clandestinas trasnacionales "gigantes" que controlan los alimentos y los energéticos, usados como "armas de destrucción masiva" contra la mayoría del género humano?

Alfredo Jalife-Rahme.
La Jornada

jueves, 21 de abril de 2011

Islandia después del NO

La alianza de Liberales y Verdes llevó a Irlanda al suicidio económico; la alianza de Verdes y Socialdemócratas podría haber despeñado a Islandia por parecido derrotadero, pero el pueblo islandés frenó de momento la deriva hacia el suicidio financiero votando masivamente No al irresponsable acuerdo a que su gobierno (y su parlamento) habían llegado con los negociadores financieros europeos. Segunda incursión del analista financiero Michael Hudson en lo que andaba en juego en el referéndum islandés del pasado 9 de abril, forzado, contra gobierno y parlamento, por el presidente de la República de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson. (Para ver la primera, pulse AQUÍ.)

Cerca del 75% de los votantes islandeses acudieron el pasado sábado, 9 de abril, a las urnas para rechazar la propuesta del gobierno Socialdemócrata/Verde de pagar 5.200 millones de dólares a las aseguradoras bancarias británicas y holandesas por el colapso de Landsbanki-Icesave. Todos y cada uno de los seis distritos electorales de Islandia votaron No en una proporción nacional del 60% (en enero de 2010, dijo otro No el 93%).

El voto reflejó la extendida creencia de que los negociadores del gobierno no habían sido lo bastante enérgicos en la defensa de la causa jurídica islandesa. La situación no puede menos de traer a la memoria el embrollo de la deuda de guerra entre los aliados tras la I Guerra Mundial. Lloyd George [el primer ministro británico] describió entonces las conversaciones sobre las deudas británicas de armamento entre el Secretario del Tesoro norteamericano Andrew Mellon y el británico Stanley Baldwin como "una negociación entre una comadreja y su presa. El resultado fue un acuerdo que arruinó la reputación del cobro de las deudas internacionales (…) No es que los funcionarios del tesoro norteamericano hicieran farol, pero, como es de razón, comenzaron las conversaciones planteando exigencias máximas: para su sorpresa, el Dr. Baldwin dijo que, en su opinión, sus exigencias eran justas, y las aceptó (…) Ese crudo desempeño, jocosamente llamado 'convenio', hubo de tener efectos desastrosos sobre el curso entero de las negociaciones…".

Y así ocurrió también con la negociación de Islandia con Gran Bretaña. Es verdad: consiguieron dilatar en el tiempo el horizonte la devolución de la deuda islandesa. Pero ¿de dónde iba a sacar Islandia las libras esterlinas y los euros, dada la contracción de su economía? Ese es el mayor riesgo en los pagos, y sigue sin afrontarse. Amaga con desplomar la tasa de cambio de la corona islandesa.

Además, el acuerdo al que se había llegado implicaba aceptar los cargos de intereses del rescate desde 2008, incluidos los extremadamente elevados cargos de intereses que sirvieron de cebo para que los depositantes privados británicos y holandeses pusieran su dinero en las cuentas de Icesave. Los islandeses ven esos intereses extraordinarios como compensación por los riesgos: riesgos que fueron aceptados por los depositantes, razón por la cual esos depositantes por Internet tendrían ahora que arrostrar las consecuencias.

Así pues, el problema de Icesave terminará ahora en los tribunales. La directriz pertinente de la Unión Europea reza así: "el coste de financiación de este tipo de esquemas tienen que soportarlo, en principio, las propias entidades de crédito". Como reclamantes prioritarios, Gran Bretaña y Holanda se llevarán, en efecto, la parte del león del cadáver de Landsbanki. Pero no era eso lo que se sometía al sufragio de los votantes islandesas. Lo único que ellos querían era salvar a Islandia de una obligación indefinida de cargar con las pérdidas de un banco privado por la vía de incorporarlas a las cuentas públicas sin un plan que dibujara claramente el modo en que Islandia podía obtener el dinero para pagarlas.

La primera ministra, Johanna Sigurdardottir, alerta de que el resultado del referéndum puede traer consigo "el caos político y económico". Pero tratar de pagar trae consigo lo mismo. El pasado año ha sido testigo de la desastrosa experiencia griega e irlandesa; ahora vemos como Portugal se apresta también a incorporar a sus cuentas públicas las deudas temerariamente contraídas por su sector bancario privado. Difícilmente puede esperar de una nación soberana que imponga a su economía una década o más de profunda depresión, siendo así que el Derecho Internacional autoriza a todas las naciones a actuar conforme a sus propios intereses vitales.

Los intentos de los acreedores por persuadir a las naciones de que se allanen a rescatar a los bancos a costa del erario público no es, a fin de cuentas, sino un manipulatorio ejercicio de relaciones públicas. Los islandeses han podido ver el éxito de la Argentina luego de reestructurar su deuda y recortar radicalmente las pretensiones de sus acreedores. También han podido asistir al colapso político de Irlanda y de Grecia, resultante de su empeño en pagar sin atender a los medios necesarios para hacerlo.

Lo menos que puede decirse es que los acreedores no ponderaron mucho las cosas cuando convencieron al gobierno Verde-Liberal de Irlanda de que podía asumir públicamente las quiebras de sus bancos privados sin hundir en la depresión a su economía. Ahí está ahora la experiencia de Irlanda, plantada como una señal de alarma para otros países: no se puede confiar en los pronósticos manifiestamente optimistas de los banqueros centrales. En el caso de Islandia, los expertos del FMI hicieron en noviembre de 2008 proyecciones, según las cuales la deuda exterior bruta sería del 160% del PIB a fines de 2009. Para decirlo todo, añadieron que una ulterior depreciación de la tasa de cambio del 30% podría llegar a causar un aumento importante de aquella proporción de la deuda. Y eso es lo que ha ocurrido. En noviembre de 2008, el FMI avisó de que la deuda externa que había proyectado para fines de 2009 podría llegar a alcanzar el 249% del PIB, un nivel que consideraba "claramente insostenible". Pero el actual nivel de la deuda ha sido estimado ya en el 260% del PIB islandés, ¡y eso aun sin incluir, entre otras, la deuda privada de Icesave que el gobierno Socialdemócrata-Verde quería asumir públicamente!

El problema capital de las obligaciones de Islandia con Gran Bretaña y Holanda es que la deuda exterior –contraída en moneda extranjera— no se paga a partir del PIB. Aparte de lo que se recupere de Landsbanki (ahora, con ayuda de la Oficina Británica para el Fraude Grave), el dinero debe pagarse con exportaciones. Pero no ha habido negociaciones con Gran Bretaña y Holanda sobre qué bienes y servicios islandeses aceptarían esos países como pago. Ya en los años 20 del siglo pasado, John Maynard Keynes dejó escrito que la nación acreedora aliada tenía que responsabilizarse de un modo u otro de las posibilidades de que Alemania pudiera pagar sus reparaciones de guerra, si no era mediante la exportación a la nación acreedora. En la práctica, lo que hicieron las ciudades alemanas fue tomar préstamos en Nueva York y pasar los dólares así habidos a Reichbank [el banco central de la República alemana] para que pagara a Gran Bretaña y a Francia, las cuales, a su vez, usaban ese dinero para transferirlo al gobierno estadounidense en concepto de satisfacción de la deuda interaliada contraída en la compra de armamentos. En otras palabras: Alemania "tomó prestada su vía de salida de la deuda". Con el tiempo, eso nunca funciona.

La práctica normal para Islandia sería nombrar un grupo de expertos que sentara las bases más firmes posibles para defenderse. De ninguna nación soberana puede esperarse que se allane a imponer a toda una generación la austeridad financiera, la contracción económica y la emigración forzosa de sus trabajadores sólo para poder subvenir a los costos del fracasado experimento neoliberal que ha terminado por arruinar a tantas economías europeas.

Michael Hudson es ex economista de Wall Street especializado en balanza de pagos y bienes inmobiliarios en el Chase Manhattan Bank (ahora JPMorgan Chase & Co.), Arthur Anderson y después en el Hudson Institute. En 1990 colaboró en el establecimiento del primer fondo soberano de deuda del mundo para Scudder Stevens & Clark. El Dr. Hudson fue asesor económico en jefe de Dennis Kucinich en la reciente campaña primaria presidencial demócrata y ha asesorado a los gobiernos de los EEUU, Canadá, México y Letonia, así como al Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación. Distinguido profesor investigador en la Universidad de Missouri de la ciudad de Kansas, es autor de numerosos libros, entre ellos Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire.


Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

sábado, 16 de abril de 2011

Los islandeses son unos irresponsables

Vamos a tener que tomar medidas más drásticas para hacer entrar en razón a los islandeses, que han vuelto a rechazar comerse las deudas de los bancos. Por ahora les amenazan con llevarlos a los tribunales, cerrarles la puerta de Europa y que Moody’s les rebaje el rating. Si aún así se resisten, habrá que mandar a la OTAN, porque otra cosa ya no se me ocurre para que actúen como ciudadanos responsables.

Es lo que pasa por dejar que la gente decida. Los de a pie somos por naturaleza irresponsables, porque a diferencia de la clase política no tenemos sentido de Estado. Por eso es mejor dejar las decisiones importantes en manos de los expertos o los gobernantes, siempre más responsables.

Algo parecido ha pasado en Eslovenia: el parlamento aprobó una reforma laboral, y la presión popular logró un referéndum. ¿Y qué creen que ha pasado? Pues que un 82% la ha rechazado. Y pronto votarán también la de pensiones.

¿Se imaginan que a los españoles nos consultasen sobre la reforma laboral, de pensiones o de las cajas? Por suerte somos un país serio, con una clase política responsable y con sentido de Estado, y leyes que dificultan convocar referéndums a tontas y a locas, porque lo más probable sería que nos equivocásemos y votásemos en contra de lo que los mayores, perdón, los dirigentes, saben que es mejor para nosotros.

No sabemos si en Islandia habrá un tercer referéndum, o acabará decidiendo el parlamento. Ya pasó con la constitución europea: en cuanto la rechazaron en Francia y Holanda, se desechó la idea de ratificarla en referéndum, y el nuevo tratado lo aprobaron por vía parlamentaria todos los países salvo Irlanda, donde hubo que votar dos veces para que no se equivocasen los ciudadanos.

Quienes no tienen ya estos problemas son los portugueses. Ellos no votarán sus planes de ajuste, y aunque elijan a sus gobernantes, tampoco éstos decidirán la política económica, por si no son lo bastante responsables. Hoy reciben la visita del FMI, el BCE y la Comisión, gente seria donde las haya, y que les dirán qué es lo que más les conviene.

Isaac Rosa – Comité de Apoyo a ATTAC.

Fuente: Público


viernes, 15 de abril de 2011

Cómo hacerse rico con el hambre de los demás

El economista Juan Torres denunciaba en su libro La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla que en la página web del Deutsche Bank se podía leer un anuncio que decía “¿Quiere recoger los frutos de un posible aumento de los precios de los productos agrícolas? Deutsche Bank, como distribuidor, le propone dos maneras de beneficiarse”. Y a continuación presentaba dos productos financieros a través de SICAV luxemburgueses.

Aquí en España, Caixa de Cataluña anuncia suDepósito 100% natural”. Según afirman, este depósito te da la posibilidad de obtener una rentabilidad muy atractiva condicionada por la evolución de una cesta formada por tres materias primas como el azúcar, el café y el maíz. Es decir, el inversor destina un mínimo de mil euros a un fondo que logra beneficios en la medida en que suba el precio de estos tres productos que, como todo el mundo sabe, son básicos en la dieta y economía de millones de personas del Tercer Mundo. Así, si sube el precio del maíz, miles de personas pasarán hambre mientras el inversor de Caixa de Cataluña gana dinero. “Cómo hacerse rico con el hambre de los demás”, podría anunciar su publicidad.

Gonzalo Fanjul escribe en su blog de El País el post titulado “¿Juega tu banco con el hambre del mundo?” [1] . Allí recuerda que Michael Masters, en la actualidad administrador de fondos de Masters Capital Management, denunciaba hace unas semanas en The Guardian [2] la especulación con los alimentos y afirmaba que "la gente muere de hambre mientras que los bancos hacen su agosto en los alimentos”. Según señala el editor de The Guardian de temas de medioambiente, John Vidal, “se piensa que los mismos banqueros, fondos de inversión y actores financieros cuya especulación en los mercados financieros globales causaron la crisis hipotecaria de las sub-prime están provocando la inflación y el comportamiento 'yo-yo' de los precios de los alimentos. La acusación contra ellos es que aprovechándose de las desregulación de los mercados globales de materias primas, están ganando miles de millones al especular con la comida y causar miseria en todo el planeta”. En su opinión, a mediados de los noventa, debido a las presiones de bancos y fondos de inversión sobre los políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña, la normativa sobre mercados de productos básicos fue abolida. De modo que contratos de compra y venta de alimentos se convirtieron en "derivados" que podían ser comprados y vendidos entre comerciantes que no tenían nada que ver con la agricultura. Así nació un nuevo mercado irreal, el de la "especulación alimentaria". Cacao, zumos de frutas, azúcar, alimentos básicos, la carne y el café son ahora productos del mercado mundial, junto con el petróleo, el oro y los metales. Después, en 2006, llegó en Estados Unidos el desastre de las hipotecas de alto riesgo y los bancos y especuladores huyeron en estampida a mover miles de millones de dólares en fondos de pensiones y acciones en mercancías exentas de riesgo, y en especial los alimentos.

Michael Masters declaró en el Senado de los EE.UU. que en 2008 comenzó la especulación con el objetivo de subir los precios mundiales de los alimentos. Según Masters, "cuando observabas los flujos financieros se mostraba una clara evidencia que conocían muy bien los inversores, que la mayor parte del negocio [alimentario] es especulación; yo diría que entre un 70 y un 80 por ciento".

Pues bien, ahora ya sabemos que esos especuladores no están tan lejos de nosotros, puede ser nuestro vecino o nosotros mismos y en nuestro mismo barrio puede estar la entidad financiera que utiliza el dinero para lograr que suba el precio de los alimentos básicos a costa de la vida de millones de personas. Eso sí, Caixa de Catalunya tiene también un Depósito Solidario, en el cual se destina el 50% de los intereses que debe cobrar el inversor a un proyecto de su obra social. Es decir, ponen en marcha su obra social con los beneficios de sus clientes no con los del banco.


[1] Fanjul, Gonzalo. “¿Juega tu banco con el hambre del mundo?”. 5-4-2100. Ver

http://blogs.elpais.com/3500-millones/2011/04/juega-tu-banco-con-el-hambre-del-mundo.html

[2] Vidal, John. 23-1-2011The Observer Food speculation: 'People die from hunger while banks make a killing on food' http://www.guardian.co.uk/global-development/2011/jan/23/food-speculation-banks-hunger-poverty

Pascual Serrano

Fuente: Rebelión

domingo, 10 de abril de 2011

La soberanía alimentaria como alternativa

La globalización neoliberal, en su trayectoria por privatizar todos los ámbitos de la vida, ha hecho lo mismo con la agricultura y los bienes naturales, sometiendo al hambre y a la pobreza a una inmensa parte de la población mundial. Hoy se calcula que en el mundo hay 925 millones de personas hambrientas, según datos de la FAO, cuando, paradójicamente, se producen más alimentos que nunca en la historia.

Como indica la organización internacional GRAIN, la producción de comida se ha multiplicado por tres desde los años 60, mientras que la población mundial tan sólo se ha duplicado desde entonces, pero los mecanismos de producción, distribución y consumo, al servicio de los intereses privados, impiden a los más pobres la obtención necesaria de alimentos.

El acceso, por parte del pequeño campesinado, a la tierra, al agua, a las semillas... no es un derecho garantizado. Los consumidores no sabemos de dónde viene aquello que comemos, no podemos escoger consumir productos libres de transgénicos. La cadena agroalimentaria se ha ido alargando progresivamente alejando, cada vez más, producción y consumo, favoreciendo la apropiación de las distintas etapas de la cadena por empresas agroindustriales, con la consiguiente pérdida de autonomía de campesinos y consumidores.

Frente a este modelo dominante del agribusiness, donde la búsqueda del beneficio económico se antepone a las necesidades alimentarias de las personas y al respeto al medio ambiente, surge el paradigma alternativo de la soberanía alimentaria. Una propuesta que reivindica el derecho de cada pueblo a definir sus políticas agrícolas y alimentarias, a controlar su mercado doméstico, impedir la entrada de productos excedentarios a través de mecanismos de dumping, a promover una agricultura local, diversa, campesina y sostenible, que respete el territorio, entendiendo el comercio internacional como un complemento a la producción local. La soberanía alimentaria implica devolver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunidades y luchar contra la privatización de la vida.

Más allá de la seguridad alimentaria
Se trata de un concepto que va más allá de la propuesta de seguridad alimentaria, defendida por la FAO a partir de los años 70 con el objetivo de garantizar el derecho y el acceso a la alimentación a toda la población. La seguridad alimentaria no representa un paradigma alternativo al no cuestionar el actual modelo de producción, distribución y consumo y ha sido, a menudo, desposeído de su significado original. La soberanía alimentaria, por su parte, incluye esta propuesta, garantizar que todo el mundo pueda comer, a la vez que se opone al sistema agroindustrial dominante y a las políticas de las instituciones internacionales que le dan apoyo.

Alcanzar este objetivo requiere una estrategia de ruptura con las políticas agrícolas neoliberales impuestas por la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que han erosionado la soberanía alimentaria de los pueblos a partir de sus dictados de libre comercio, planes de ajuste estructural, endeudamiento externo, etc. Frente a estas políticas, hay que generar mecanismos de intervención y de regulación que permitan estabilizar los precios, controlar las importaciones, establecer cuotas, prohibir el dumping y en momentos de sobre-producción crear reservas específicas para cuando estos alimentos escaseen. A nivel nacional, los países tienen que ser soberanos a la hora de decidir su grado de autosuficiencia productiva y priorizar la producción de comida para el consumo doméstico, sin intervencionismos externos.

Pero, reivindicar la soberanía alimentaria no implica un retorno romántico al pasado, sino que se trata de recuperar el conocimiento y las prácticas tradicionales y combinarlas con las nuevas tecnologías y los nuevos saberes. No debe consistir tampoco en un planteamiento localista, ni en una “mistificación de lo pequeño” sino en repensar el sistema alimentario mundial para favorecer formas democráticas de producción y distribución de alimentos.

Una perspectiva feminista
Avanzar en la construcción de alternativas al actual modelo agrícola y alimentario implica incorporar una perspectiva de género. Se trata de reconocer el papel que las mujeres tienen en el cultivo y la comercialización de aquello que comemos. Entre un 60 y un 80% de la producción de alimentos en los países del Sur, según datos de la FAO, recae en las mujeres. Éstas son las principales productoras de cultivos básicos como el arroz, el trigo y el maíz, que alimentan a las poblaciones más empobrecidas del Sur global. Pero a pesar de su papel clave en la agricultura y en la alimentación, ellas son, junto a los niños y niñas, las más afectadas por el hambre.

Las mujeres, en muchos países de África, Asia y América Latina enfrentan enormes dificultades para acceder a la tierra, conseguir créditos, etc. Pero estos problemas no sólo se dan en el Sur, en Europa muchas campesinas padecen una total inseguridad jurídica, ya que la mayoría de ellas trabajan en explotaciones familiares donde los derechos administrativos son propiedad exclusiva del titular de la explotación y las mujeres, a pesar de trabajar en ella, no tienen derecho a ayudas, a la plantación, a una cuota láctica, etc.

La soberanía alimentaria tiene que romper no sólo con un modelo agrícola capitalista sino también con un sistema patriarcal, profundamente arraigado en nuestra sociedad, que oprime y supedita a las mujeres. Una soberanía alimentaria que no incluya una perspectiva feminista estará condenada al fracaso.

La Vía Campesina
El concepto de soberanía alimentaria fue propuesto por el movimiento internacional de La Vía Campesina, que agrupa a unas 150 organizaciones campesinas de 56 países, en el año 1996 coincidiendo con la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de la FAO en Roma.

La Vía Campesina se constituyó en 1993, en los albores del movimiento antiglobalización, y progresivamente se convertiría en una de las organizaciones de referencia en la crítica a la globalización neoliberal. Su ascenso es la expresión de la resistencia campesina al hundimiento del mundo rural, provocado por las políticas neoliberales y la intensificación de las mismas con la creación de la Organización Mundial del Comercio.

La membresía de La Vía es bastante heterogénea, en términos de procedencia ideológica y de los sectores representados (sin tierra, pequeños campesinos...), pero todos coinciden en pertenecer a las franjas campesinas más golpeadas por el avance de la globalización neoliberal. Uno de sus logros ha sido el de superar, de forma bastante satisfactoria, la brecha entre los campesinos del Norte y del Sur, articulando una resistencia conjunta al actual modelo de liberalización económica.

Desde su creación, La Vía ha creado una identidad “campesina” politizada, ligada a la tierra y a la producción de alimentos, construida en oposición al actual modelo del agribusiness y en base a la defensa de la soberanía alimentaria. La Vía encarna un nuevo tipo de “internacionalismo campesino” que podemos conceptualizar como el “componente campesino” del nuevo internacionalismo de las resistencias representado por el movimiento altermundialista.

Una opción viable
Uno de los argumentos que utilizan los detractores de la soberanía alimentaria es que la agricultura ecológica es incapaz de alimentar al mundo. Pero contrariamente a este discurso, varios estudios demuestran que tal afirmación es falsa. Así lo constatan los resultados de una exhaustiva consulta internacional impulsada por el Banco Mundial en partenariado con la FAO, el PNUD, la UNESCO, representantes de gobiernos, instituciones privadas, científicas, sociales, etc., diseñado como un modelo de consultoría híbrida, con el nombre de IAASTD, que involucró a más de 400 científicos y expertos en alimentación y desarrollo rural durante cuatro años.

Es interesante observar como, a pesar de que el informe tenía detrás a estas instituciones, concluía que la producción agroecológica proveía de ingresos alimentarios y monetarios a los más pobres, a la vez que generaba excedentes para el mercado, siendo mejor garante de la seguridad alimentaria que la producción transgénica. El informe del IAASTD, publicado a principios del 2009, apostaba por la producción local, campesina y familiar y por la redistribución de las tierras a manos de las comunidades rurales. El informe fue rechazado por el agribusiness y archivado por el Banco Mundial, aunque 61 gobiernos lo aprobaron discretamente, a excepción de Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros.

En la misma línea, se posicionaba un estudio de la Universidad de Michigan, publicado en junio del 2007 por la revista Journal Renewable Agriculture and Food Systems, que comparaba la producción agrícola convencional con la ecológica. El informe concluía que las granjas agroecológicas eran altamente productivas y capaces de garantizar la seguridad alimentaria en todo el planeta, contrariamente a la producción agrícola industrializada y el libre comercio. Sus conclusiones indicaban, incluso las estimaciones más conservadoras, que la agricultura orgánica podía proveer al menos tanta comida de media como la que se produce en la actualidad, aunque sus investigadores consideraban, como estimación más realista, que la agricultura ecológica podía aumentar la producción global de comida hasta un 50%.

Varios estudios demuestran como la producción campesina a pequeña escala puede tener un alto rendimiento, a la vez que usa menos combustibles fósiles, especialmente si los alimentos son comercializados local o regionalmente. En consecuencia, invertir en la producción campesina familiar es la mejor opción para luchar contra el cambio climático y acabar con la pobreza y el hambre, garantizando el acceso a los bienes naturales, y más cuando ¾ partes de las personas más pobres del mundo son pequeños campesinos.

En el ámbito de la comercialización se ha demostrado fundamental, para romper con el monopolio de la gran distribución, el apostar por circuitos cortos de comercialización (mercados locales, venta directa, grupos y cooperativas de consumo agroecológico…), evitando intermediarios y estableciendo unas relaciones cercanas entre productor y consumidor, basadas en la confianza y el conocimiento mutuo, que nos conduzcan a una creciente solidaridad entre el campo y la ciudad.

En este sentido es necesario que las políticas públicas se hagan eco de las demandas de estos movimientos sociales y apoyen un modelo agrícola local, campesino, diversificado, orgánico y que se prohíban los transgénicos, se promuevan bancos de tierras, una ley de producción artesana, un mundo rural vivo... En definitiva, una práctica política al servicio de los pueblos y del ecosistema.

*Artículo publicado como epílogo del libro ‘Qué son los transgénicos’ de Jorge Riechmann (RBA Libros, 2011).

+ info: http://esthervivas.wordpress.com

sábado, 9 de abril de 2011

Hacia el Poder Ciudadano

El poder ciudadano, es lo único que puede hacer cambiar la solución neoliberal a la crisis económica y social que vivimos y sufrimos. La terapia de shok que se nos está aplicando en la vieja Europa, en el estado español, así como por medio del alarmante Pacto del Euro, que se nos viene encima cual una losa, que entiendo solo puede ser parado o reconducido, si la ciudadanía toma conciencia de su poder.

La Unión Europea, gracias a su opaca gobernanza, está imponiendo cada vez más recortes sociales y privatizaciones de sectores y servicios públicos. Estamos viviendo un proceso de destrucción del estado, una especie de anarquismo derechista y ultra liberal de una virulencia nunca vista desde finales del siglo XIX.

Europa que actualmente solo puede ofrecer al mundo su estado social, está aplicándose con denuedo en destruirlo. Europa que se presenta como paradigma de la democracia en el mundo, es realidad una especie de gran empresa privada sometida al poder de los grandes consejos de administración de bancos y transnacionales. La Unión Europea, tiene un Parlamento sin competencias y un ejecutivo que es el legislativo a la vez. En Europa no existe una libertad de prensa real, pues todos los grandes medios son propiedad de empresas y bancos e informan o más bien desinforman según sus intereses.

El único reducto de libertad informativa que queda, la red, está cada vez más controlada y mediatizada.

Los gobiernos europeos empezando por el español, han encontrado la excusa perfecta, cuando se trata de imponer sus medidas más impopulares y es que la UE les obliga, cuando la realidad es que las decisiones las toman los gobiernos, todos ellos a través del Consejo Europeo y de un Colegio de Comisarios, que los mismos gobiernos nombran, mediante un reparto por Estados, que deja en evidencia aún más el deseo de zafarse de los gobiernos cuando éstos, los y las comisarías imponen sus medidas siempre restrictivas, siempre privatizadoras, siempre a favor de los poderosos.

Pretendemos dar lecciones al resto del mundo, cuando uno de los estados con una historia de la más rica del continente y cuna del humanismo occidental, lo gobierna un bufón multimillonario y fascistón. Cuando varios países europeos aún se rigen por los restos del medioevo, mediante monarquías hereditarias, conservadoras y que a pesar del bulo de que reinan pero no gobiernan participan en el control del mundo a través de estructuras opacas y antidemocráticas como el club Bildelberg.

Europa es el paradigma de la Dictadura de los Mercados. En el reino de España, el poder de la banca y de ciertos banqueros les lleva incluso a dictar la política y decir lo que es bueno o no para su España, pues de ellos es. El poder antidemocrático de la Banca en el Estado Español esta consolidado desde mediados del siglo XIX y gobierne quien gobierne, la oligarquía financiera española extiende sus tentáculos e influencia y soporta o no regimenes y gobiernos según sus intereses.

Solo un intento de ventilar este aire enrarecido de incienso, oro, plutocracia rentista y estiércol de cuadras reales, durante la II República Española, fue ahogado en sangre, años del hambre, pan y fútbol.

Pero el 14 de abril de 1931 nos dejó un legado de ideas laicas, democráticas e igualitarias que hay que rescatar. Un discurso tan inteligente como populista que todo el mundo entendía y hay que recuperar y sobre todo una convicción de ser ciudadanas y ciudadanos, no súbditos. Fue el momento de oro de la Soberanía Popular.

Así pues entiendo que para construir la alternativa social a la crisis que el nefasto capitalismo, versión casino neoliberal, que los ricos y poderosos nos han impuesto, es imprescindible construir la alternativa democrática y nos queda muy poco tiempo para ello.

Están surgiendo de forma espontánea llamamientos cívicos y populares. Hay mucha gente cabreada, buscando algo. La solución no es aupar a la derechona, ni hacer caso de los parafascistas y autoritarios de “Intereconomía” etc. etc. No, la solución es que las ciudadanas y los ciudadanos seamos conscientes de nuestro poder y reclamemos el fin de los recortes sociales; que la crisis la paguen los que la han generado y el fin de la dictadura de los mercados.

Nuestro país de países, ha sido maltratado por una destructiva burbuja inmobiliaria que generó un empleo falso y temporal, ahora destruido con la misma facilidad que se creó. Tan mal tratado como nuestras costas. Ahora los bancos y los financieros que causaron tanto maltrato ambiental, que provocaron tanta corrupción política y social, tratan no solo de seguir imponiendo su voluntad, sino que paguemos nosotros sus pérdidas de juego, su bancarrota de casino. Nos están robando la cartera, mientras miramos la tele o pensamos que aún vivimos en un mundo rico y feliz.

Toda esta situación solo la puede invertir la ciudadanía consciente de su poder y deseosa de vivir con sencillez y felicidad, con frugalidad y dignidad, con amor y tranquilidad, pero para ello, antes debemos dejar de ser súbditos y volver a ser ciudadanas y ciudadanos. Construir el Poder Ciudadano, ese es ahora en mi opinión el principal objetivo.

Carlos Martínez – Presidente de ATTAC España.