lunes, 31 de diciembre de 2012

2013: escenarios posibles

Los escenarios previsibles para el año que comienza son diversos y, por supuesto, dependen del comportamiento de los principales actores político-económicos (los gobiernos de Estados Unidos, Alemania y China) y de las resistencias sociales a la insaciable voracidad del gran capital que, no contento con intentar recuperar los niveles máximos para su tasa de ganancia, quiere además continuar a fondo su ofensiva contra todas las conquistas sociales, culturales y políticas arrancadas al capitalismo en la última posguerra por temor al socialismo en Occidente y el ímpetu de la revolución colonial en el resto del mundo.
 
Debilitados al extremo y anulados o integrados los sindicatos, precarizado el trabajo, reducidos los salarios reales aprovechando la explotación salvaje de los campesinos transformados en obreros en China, Vietnam, Malasia, Myanmar, Tailandia, Indonesia y Filipinas, sometidos a la explotación capitalista depredadora de la agricultura y los bienes comunes (agua, bosques, territorio, ambiente), anuladas las leyes protectoras de los trabajadores, esa guerra contra éstos y ese saqueo de todos los pueblos en todos los continentes aún le parecen poco a quienes dirigen este planeta-Titanic hacia una segura catástrofe.

Para el capital, las ganancias, por grandes que sean, siempre son pocas y los salarios miserables siempre son demasiado altos. El único límite a la explotación –cuya tasa siempre es el resultado concreto de un nivel de luchas sociales en un periodo dado– es la resistencia organizada de los trabajadores y su lucha por objetivos civilizatorios.

Precisamente es lo que falta, porque la gran conflictividad fabril victoriosa que sacude China es desorganizada y por objetivos puntuales, no generales, y mucho menos antisistémicos, y la lucha de los trabajadores europeos –con la excepción de los griegos– es puramente defensiva y se limita a dar expresión a una protesta general, pero no organiza una alternativa. Por eso es probable que 2013, con algunas variantes un poco más favorables, en particular en los llamados países emergentes, reproduzca más o menos el curso de 2012.

En efecto, las inversiones en Estados Unidos no aumentan y las inversiones de las trasnacionales estadunidenses y de otros países en China comienzan a buscar mano de obra más barata en Vietnam o en Tailandia. Las expectativas de consumo de los hogares estadunidenses –principal motor del crecimiento de EU– no se recuperan. Salvo Alemania (y pequeñas economías, como la polaca o la austriaca), la Unión Europea vive un panorama sombrío marcado por una creciente desocupación y el estancamiento productivo y del consumo. Los brutales cambios climáticos, producidos por la negativa de los grandes capitalistas a reducir sus emisiones de gases industriales y a considerar en los costos la preservación del ambiente, provocan costosos desastres en la propia Rusia, Europa occidental y Estados Unidos, o sea, en los países industrializados causantes de la crisis ambiental.

En China, miles de huelgas de uno o dos días organizadas por comités de fábrica ad hoc al margen y por sobre los sindicatos oficiales y el Partido Comunista, logran continuos aumentos de salarios (en promedio, de 10 por ciento) y reivindicaciones inmediatas. El resultado es un encarecimiento de la mano de obra en las regiones costeras y el traslado de muchas empresas de Hong Kong, de Taiwán y de Japón hacia el interior, donde los salarios son 50 por ciento menores, pero donde los obreros vivirán junto a sus pueblos y sus familias y no como ahora, en calidad de emigrantes sin ningún derecho en ciudades hostiles.

De modo que la perspectiva es que la mano de obra china deje de ser barata y comience a autorganizarse, como sucedió en Japón o en Corea del Sur en la primera década de la postguerra. El 18 Congreso del Partido Comunista chino, que eligió a Xi Jinping como secretario general, llegó a un acuerdo entre la tendencia al desarrollo del mercado interno con cierta democratización y la que se orientaba hacia el mercado externo, manteniendo el actual statu quo. Ahora bien, si la inmensa población campesina del interior chino entrase en un proceso de cambio, las consecuencias no serían sólo económicas.

Otro escenario, que depende de lo que pase en los próximos meses en China y en Estados Unidos, es el de la carrera hacia lo desconocido por parte de Obama y el establishment militar-financiero. La derrota en Irak y en Afganistán, y el rearme naval y militar chino, con ayuda rusa, así como el belicismo del grupo nazi-sionista Netanyahu-Liebermann, que prepara la anexión total de los territorios palestinos y la guerra contra Irán, son factores que empujan a la aventura a un sector del establishment estadunidense. Este acaba de hacer compras récord de nuevo material bélico y tiene conciencia de que la actual superioridad militar aplastante de Estados Unidos tiene una base política interna endeble y, además, podría ser desafiada en el futuro por la acción de China y Rusia, que son potencias nucleares con desarrollo científico importante. La sustitución de Hillary Clinton por John Kerry sería, en este sentido, un intento del presidente Barack Obama de tener las manos más libres frente a los halcones más desenfrenados.

Si el primer escenario –el de la continuación del ajuste capitalista, que anula antes que nada la voluntad de los electores– reduce gravemente los márgenes de la democracia, porque requiere leyes privatizadoras, la eliminación de la legislación social y laboral favorable a los trabajadores, la elaboración de leyes represivas y antilaborales, y no abre una salida, el segundo escenario es directamente el de la barbarie. Porque en una guerra forzosamente mundial no habrá distinción entre ejércitos y población civil, ni entre países beligerantes y neutrales y todos, sin excepción, sufriremos los efectos del conflicto más brutal y sanguinario de toda la historia humana.

Guillermo Almeyra
La Jornada

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cumbre de Doha sin fuerzas para frenar catástrofe climática

Los delegados de Washington bloquearon las referencias que implicaran compensaciones o responsabilidad sobre pérdidas y daños causados por los impactos del cambio climático.

DOHA, 8 dic (Tierramérica) - La conferencia climática de las Naciones Unidas se alargó un día más, hasta este sábado 8 en la capital de Qatar, y finalizó sin mayores reducciones de la contaminación que recalienta la atmósfera ni compromisos de financiación para el período 2013-2015.

Sin embargo, los países en desarrollo lograron mantener a flote el Protocolo de Kyoto, único tratado internacional obligatorio para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Es un acuerdo increíblemente débil", comentó Samantha Smith, representante de la Red de Acción por el Clima, una coalición de más de 700 organizaciones no gubernamentales.

"Los gobiernos vinieron sin mandato para actuar", sostuvo Smith en una conferencia de prensa momentos después de que terminara la 18 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 18) y de que sus 194 estados partes aprobaran un complejo paquete que dieron en llamar Portal Climático de Doha (Doha Climate Gateway).

Este acuerdo establece una segunda fase de compromisos del Protocolo de Kyoto, para que las naciones industriales reduzcan sus emisiones de gases invernadero entre 2013 y 2020, pero sin fijar los volúmenes de esos recortes.

Tampoco se comprometió apoyo financiero para la adaptación de los países más vulnerables al cambio climático, apenas un acuerdo de celebrar más reuniones al respecto en 2013.

También para el año próximo se fijaron conversaciones para crear un "mecanismo" destinado a medir daños y costos para los países afectados por las manifestaciones del cambio climático.

Finalmente, el acuerdo incluye una previsión de dos años de negociaciones para un nuevo acuerdo climático internacional que entraría en vigor en 2020.

"Es imposible lograr que todos se vayan con una sonrisa… También yo estoy decepcionado", dijo el presidente de la COP 18, el qatarí Abdullah bin Hamad Al Attiyah.

En declaraciones a Tierramérica, Al Attiyah se dijo sorprendido porque los países quisieron introducir tantos cambios en las dos semanas de la conferencia, e inclusive hasta las horas finales.

Sin embargo, este es un acuerdo "histórico", subrayó.

Pero la conferencia de Doha no logró nada para abatir un curso de contaminación que está llevando al planeta a un calentamiento de cuatro grados o incluso superior. Y ofrece poco para financiar a los países más pobres que deben soportar los efectos de la transformación del clima, apuntó Smith.

La activista acusó a Estados Unidos y a Canadá de bloquear avances. Canadá fue uno de los peores, dijo. Mientras se beneficia de la explotación de sus extensas arenas petroleras, fue "muy obstruccionista en financiación", aseveró.

Los países industriales habían comprometido volcar 100.000 millones de dólares por año al Fondo Verde para el Clima a partir de 2020. Con el fin de llenar el vacío hasta entonces, las naciones en desarrollo pidieron 60.000 millones de dólares para 2015.

Alemania, Gran Bretaña y un puñado de gobiernos más prometieron aportar 6.000 millones, pero de forma voluntaria. En Doha se acordó seguir discutiendo la financiación el año próximo.

El debate sobre pérdidas y daños fue de los más intensos de las sesiones celebradas a puertas cerradas. Estados Unidos se enfrentó a estados isleños como Filipinas, que soporta severos daños por inclemencias meteorológicas y la elevación del nivel del mar.

Los delegados de Washington bloquearon todas las referencias que implicaran compensaciones o responsabilidad, admitiendo abiertamente que temían represalias políticas domésticas, dijo una fuente que no quiso dar su nombre.

"Las pérdidas y daños son un asunto enorme para América Central. Somos muy vulnerables a los impactos del cambio climático", dijo Mónica López Baltodano, del Centro Humboldt de Nicaragua y observadora de la sociedad civil en las conversaciones.

"Honduras y Nicaragua figuran en primer y tercer lugar entre los países más vulnerables del mundo, según el Índice Mundial de Riesgo Climático", dijo López Baltodano a Tierramérica.

El índice que elabora la entidad alemana Germanwatch, divulgado en Doha, sostiene que esos dos países centroamericanos fueron los más afectados en pérdida de vidas y daños en las últimas dos décadas. En 2011, Tailandia, Camboya, Pakistán y El Salvador resultaron los peor golpeados por eventos meteorológicos extremos.

En la COP 16, celebrada en la ciudad mexicana de Cancún en 2010, se acordó buscar mecanismos para evaluar y reducir los daños y pérdidas que causan las manifestaciones del calentamiento, desde los desastres meteorológicos a fenómenos de desarrollo lento, como la elevación del nivel del mar, la acidificación de los océanos, la pérdida de biodiversidad y la desertificación.

El mundo en desarrollo quería una nueva institución y un marco de acción para los daños y pérdidas, pero Estados Unidos se negó a crear una entidad. El pacto entonces es establecer "un nuevo mecanismo" en 2013.

La segunda fase del Protocolo de Kyoto se extenderá entre 2013 y 2020, un avance muy importante para los países en desarrollo, pues sus metas de reducción de emisiones y sus métodos de emisión y de verificación tienen fuerza legal.

Sin embargo, solamente la Unión Europea, Australia y algunos pocos países más se encuentran comprendidos por las obligaciones de Kyoto, y representan en total apenas 12 por ciento de las emisiones mundiales de gases invernadero.

Estados Unidos no forma parte de este tratado. Canadá y Japón optaron por retirarse de la segunda fase, y las grandes potencias emergentes –China, India, Brasil, etcétera– tampoco hacen parte de él, por ser países en desarrollo.

Además, ninguno de los estados abarcados por la segunda fase del Protocolo de Kyoto se comprometió a nuevas reducciones de sus emisiones. Solo aceptaron una revisión obligatoria de sus compromisos de recorte en 2014.

Las naciones ricas no obligadas por el protocolo prometieron realizar disminuciones comparables, pero sin ningún anuncio concreto en Doha.

"El proceso de la COP es decepcionante", dijo López Baltodano, que ha asistido a las tres últimas conferencias. "Es evidente que los intereses económicos nacionales dominan las negociaciones".

Y los países están a su vez influidos por el sector corporativo, mientras la sociedad civil tiene poca interacción y capacidad de incidencia, según la activista. "Hay un espacio enorme al que no llegamos".

El resultado concreto de Doha pone al mundo rumbo a un calentamiento de tres, cuatro o inclusive cinco grados respecto de las temperaturas preindustriales, dijo un delegado de la isla de Nauru, en el océano Pacífico, que habló en la sesión plenaria final en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

"No estamos hablando de cuán confortablemente pueden vivir sus pueblos (del mundo desarrollado), sino de si nuestros pueblos podrán vivir. La vida de nuestra gente es la que está en la cuerda floja", concluyó.

* Publicado por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/2012)

Stephen Leahy, enviado especial 
IPS noticias
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102044

jueves, 6 de diciembre de 2012

10 diciembre. Aniversario de la Declaración Universal de Derechos del hombre (1948)

El 10 de diciembre de 2012 es el 64 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. El mes y año en que antiguos pueblos de diversas culturas, etnias y territorios anunciaron el fin de un tiempo y el inicio de un nuevo tiempo de paz y prosperidad, inimaginable para la Humanidad integrada en equilibrio y armonía con la naturaleza. 

Vivimos el fin de un tiempo, el del Mal Vivir que azota actualmente a la Humanidad. La crisis sistémica y civilizatoria, que es una crisis financiera, económica, medioambiental, energética, alimentaría, ideológica, de cohesión social y política, es el fin del sistema-mundo del capitalismo financiero internacional, pues no es otra que el cuestionamiento y rebelión de todos los pueblos contra su hegemonía y Poder. Ha estallado una vez que se ha extendido hasta el último rincón de la Tierra por la lógica intrínseca del propio sistema. La dialéctica de sus procesos internos ha provocado la necesidad de una profunda redistribución del Poder entre las élites gobernantes y la guerra abierta entre todas ellas, que no está sino en sus comienzos. El gran reto que tiene la Humanidad es parar la salida a través de la guerra como hasta ahora ha sido siempre en el capitalismo, y como lo es ya en esta guerra civil global no declarada que sufrimos por la explotación de los recursos naturales y de las personas en todo el mundo. Esta guerra es ya la mayor catástrofe ecológica, el mayor desastre humanitario y el mayor retroceso civilizatorio que borra por completo los Derechos Humanos que hoy conmemoramos.

Como decía Vandana Shiva(1) hacer la paz con la Tierra siempre ha sido un imperativo ético y ecológico, que se ha convertido ahora en un imperativo para la supervivencia de nuestra especie. La dictadura del capital financiero internacional (1.175 personas que controlan las 147 sociedades de capital riesgo que dominan a las 43.070 transnacionales que controlan todos los mercados del mundo) y la mercantilización de toda la Vida, que supone elevar el Mercado a la posición de principio superior organizativo de la sociedad y única forma de cuantificar nuestro bienestar, ha llevado al debilitamiento de los procesos que mantienen y sostienen la Vida en la naturaleza y a las sociedades humanas. Las necesidades en alimentación y agua de la gente sólo pueden satisfacerse si se protege la capacidad de la naturaleza para producir alimentos y agua. Por ello, defender los derechos de la Madre Tierra es el más importante de los derechos humanos y de las luchas por la justicia social. Es el más amplio movimiento pacifista de nuestra época.

El nuevo tiempo nace en una situación inimaginable, con mucha debilidad y mediocridad en toda la humanidad. Pero hay una buena señal para recobrar el equilibrio y la armonía: la conciencia y movilización social mundial. El tiempo del cambio ha llegado en un periodo de inseguridad e inquietud. Abriéndonos hacia los demás y desarrollando un verdadero espíritu intercultural, a pesar del presagio de perdida para la humanidad que la amenaza, la satisfacción vendrá con el Gobierno Democrático Mundial que ha de apoyarse sobre el Poder soberano de la ciudadanía mundial y el reconocimiento de los derechos jurídicos de la Madre Tierra, ideas que tendrán el poder de llegar hasta el último rincón y acabaran con las guerras, hambrunas, migraciones inseguras, desintegración social y amenazas medioambientales. La voluntad de superarse y elevarse de la propia Humanidad tendrá éxito y traerá la esperanza y la dignidad a la humanidad devolviéndole la soberanía y la libertad. 

Hoy la ciudadanía para poder disfrutar de nuestros derechos, tenemos que recurrir al supremo recurso de la rebelión, como establece el tercer considerando del preámbulo de la propia Declaración de los derechos Humanos, pues hay una situación extrema de tiranía y opresión que exige esta respuesta. El mismo espíritu rebelde que llevó a los colonos americanos a la Declaración de independencia y al concepto jurídico de ciudadanía.

Y como dice el quinto considerando de la Declaración, los pueblos del mundo nos reafirmamos en la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor del ser humano y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y nos declaramos resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de libertad y democracia participativa. Y nos comprometemos a trabajar para lograr el respeto universal y efectivo de todos los derechos humanos. Y reafirmamos el Art. 28 a establecer un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos: El Buen Vivir.

El objeto de ATTAC es la reapropiación, por parte de la ciudadanía, del poder de decisión que la esfera financiera ejerce sobre todos los aspectos de la vida política, económica, social, cultural, e informativa en todo el mundo. Y esto tan sólo se puede conseguir extendiendo la verdadera Democracia a todo el mundo y a todos los niveles. Nos permite imaginar y crear democracias vivientes basadas en el valor intrínseco de todas las especias, de todos los pueblos, de todas las culturas, y un reparto justo y equitativo de los recursos vitales de esta Tierra, un reparto de las decisiones sobre el uso de los recursos de la Tierra. La Democracia Mundial del S. XXI protegerá los procesos ecológicos que mantienen la vida y los derechos humanos fundamentales que son la base del derecho a la vida, incluyendo el derecho al agua, la alimentación, la salud, la educación, el trabajo y el sustento. Hay que escoger ¿Obedeceremos las leyes de mercado, de la codicia corporativa, o las leyes de la Madre Tierra para mantener los ecosistemas terrestres y la diversidad de los seres vivos?

La anunciada batalla de Armagedón es la batalla a la que todos y todas estamos convocados, la batalla para construir un mundo, una Humanidad y un Gobierno Mundial Democrático, legítimo y transparente. La batalla para parar la guerra contra la Madre Tierra y la Humanidad.
27 de noviembre de 2012
Nota:
(1) Discurso de Vandana Shiva al recibir el Premio Sydney por la Paz 2010. Sydney 03.11.11 http://www.ecoportal.net/content/view/full/101285
Fernando Moreno Bernal
ATTAC Andalucía en Cádiz
Adital

lunes, 3 de diciembre de 2012

La conferencia sobre cambio climático de Doha y el futuro de nuestro planeta

Este año, la conferencia anual de las Naciones Unidas sobre cambio climático se realiza en Doha, la capital de Qatar, emirato rico en petróleo ubicado en la Península Arábiga. En la conferencia, que comenzó esta semana y es conocida popularmente como “COP 18”, un ejército de burócratas, empresarios y ambientalistas se reúnen con el supuesto propósito de acordar medidas para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. El objetivo es llegar al nivel que, según los científicos, es necesario para limitar el aumento de la temperatura del planeta a un máximo de dos grados Celsius y evitar así una catástrofe climática a nivel mundial. Si se tienen en cuenta las conferencias anteriores, los intereses particulares de los países que son los principales contaminadores del planeta, donde Estados Unidos ocupa el primer lugar, impedirá el consenso mundial.

“Queremos que nuestros hijos vivan en un país que no esté... amenazado por el poder destructivo del calentamiento global”, proclamó el Presidente Barack Obama en su discurso de victoria el 6 de noviembre de este año, apenas una semana después de que la tormenta Sandy devastara la Ciudad de Nueva York y gran parte de Nueva Jersey, dejando un saldo de 100 muertos. Se trata de una aspiración noble. El problema es que es preciso tomar medidas de inmediato para prevenir la catástrofe que el Presidente Obama quiere evitar. Estados Unidos, que continúa siendo el principal contaminador de la historia mundial, constituye uno de los mayores obstáculos al logro de un programa mundial racional para detener el calentamiento global.

Los últimos datos científicos sugieren que la meta de limitar el aumento de la temperatura mundial a 2 grados Celsius podría estar fuera de nuestro alcance, y es posible que ahora estemos estancados en un aumento de temperatura de 4 a 6 grados. “La única forma de evitar las peores predicciones será efectuar transformaciones radicales en el modo en que funciona actualmente la economía mundial, es decir, mediante la rápida adopción de fuentes de energía renovables, la disminución drástica en el uso de combustibles fósiles o la aplicación a gran escala de la captura y almacenamiento de carbono, la eliminación de las emisiones provenientes de la industria y detener la deforestación”. Estas no son las palabras de un ambientalista loco, sino de asesores empresariales de la consultora PricewaterhouseCoopers, más conocida como PwC, en su informe “Índice de economías de bajo carbono” publicado en noviembre de 2012.

Los asesores de PwC concuerdan en muchos aspectos con un grupo de ambientalistas que envió una carta abierta a la COP 18. Bill McKibben, fundador de 350.org, el activista nigeriano Nnimmo Bassey y Pablo Solón, quien antiguamente representaba a Bolivia en las negociaciones sobre cambio climático, afirman en la carta enviada a los negociadores de la COP 18: “Si queremos tener un 50% de probabilidades de mantener la temperatura del planeta por debajo de los dos grados, es preciso que las dos terceras partes de las reservas de carbón y petróleo permanezcan en el suelo. …No se trata de ‘matemática ambientalista’ ni de una interpretación radical, declararon, sino de datos tomados del informe publicado el mes pasado por la Agencia Internacional de la Energía. Significa que a menos que se tomen medidas drásticas a nivel mundial para cambiar nuestro curso actual, el final de la historia sobre el clima ya está escrito. No queda lugar a dudas. A menos que se tomen medidas considerables, estos combustibles fósiles se quemarán, la temperatura de la tierra aumentará y se generará una reacción en cadena de desastres naturales vinculados con el cambio climático”.

La Organización Meteorológica Mundial (organismo de Naciones Unidas) publicó sus conclusiones preliminares para 2012, entre las que se destacan la ocurrencia de eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y nieve o frío extremos, además de actividades de huracanes por encima del promedio en la costa del Océano Atlántico por tercer año consecutivo. En la apertura de la COP 18 habló el Dr. R.K. Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, integrado por más de 1.800 científicos de todo el mundo, que compartió el Premio Nobel de la Paz en 2007 con Al Gore. En términos puramente científicos, el Dr. Pachauri mencionó las catástrofes que podrían ocurrir a menos que se tomen medidas al respecto. Entre otras cosas, mencionó: “Se prevé que para 2020, entre 75 y 250 millones de personas [en África] estarán expuestas a mayor escasez de agua debido al cambio climático. …Si la temperatura promedio del planeta excede los 3,5 grados Celsius, las proyecciones sugieren que de un 40 a un 70% de especies podrían extinguirse en todo el mundo”.

El Presidente Obama defiende a viva voz la eliminación de subsidios a las empresas de gas y petróleo: “Un siglo de subsidios a las empresas petroleras es suficiente. Es hora de que los contribuyentes dejen de mantener a una industria que nunca ha sido tan lucrativa como ahora. Tenemos que duplicar las industrias de energía renovable que nunca han sido tan prometedoras como ahora. Eso es lo que debemos hacer”. Sin embargo, como señalan Oil Change International, Greenpeace y otros grupos, está “apoyando subsidios astronómicos a las exportaciones de combustibles fósiles mediante el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos”. En lo que va de 2012 se destinaron al menos 10.200 millones de dólares en concepto de financiamiento público para el desarrollo de proyectos de combustibles fósiles, lo que hacer parecer muy pequeña a la cifra de 2.300 millones de financiamiento que el Departamento de Estado afirma que entregó a los países en desarrollo para que tomen medidas para combatir el cambio climático.

Fuera de las salas y pasillos climatizados de la conferencia de la ONU sobre cambio climático en Doha, en el emirato de Qatar, que paradójicamente es el país con más emisiones de dióxido de carbono per cápita en el mundo, habrá manifestaciones. El recientemente creado Movimiento de Jóvenes Árabes por el Clima, que reúne a cientos de activistas de base de toda la región, entre ellos muchos que participaron en la Primavera árabe, están marchando para exigirle a sus países que lideren la reducción de emisiones.
Los jóvenes que hicieron posible la Primavera árabe derrocaron dictadores, pero ¿podrán derribar a las empresas petroleras? En vista de la creciente expansión de un movimiento mundial decidido a lograrlo, prepárense para un verano caliente, en más de un sentido.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.